Mendoza: Siguen los incendios y van 45.000 hectáreas dañadas

El viernes comenzaron a surgir focos de incendio en distintos puntos de la geografía, y hasta el domingo había focos activos y descontrolados en cinco departamentos. El personal del Plan de Manejo del Fuego (PPMF) no daba abasto.
Hasta este domingo cerca de 45.000 hectáreas fueron reducidas a cenizas, pero la cuenta seguía en aumento porque el fuego avanzaba a pasos agigantados y había zonas en las que no disponían de recurso humano suficiente para atacarlo.
Organizaron vecinos, puesteros y propietarios de campo, pero "nos quedamos sin jefes de cuadrillas que los guíen", reconoció Guillermo Ferraris, coordinador del PPMF.
Para mitigar la situación, solicitaron ayuda a Defensa Civil de Mendoza y Bomberos. En tanto, en las últimas horas recibieron el apoyo del organismo federal de lucha contra los incendios, que envió un helicóptero y maquinaria pesada para abrir picadas.
"Hemos recibido tantas denuncias que empezamos a salir con el helicóptero para verificar y marcar las coordenadas con GPS, porque no podemos desaprovechar gente enviándola a un lugar en donde no pasa nada", afirmó Ferraris.
Entre el viernes y ayer se desataron 12 focos de incendio y pudieron contener apenas dos. Había 4 en General Alvear, 2 en San Rafael y 1 en Malargüe. Hacia el Este la situación no variaba mucho: 3 focos permanecían activos y descontrolados en Santa Rosa y 2 en La Paz.
"En el Sur hay más gimnasia; además de los brigadistas y pobladores están Defensa Civil de Alvear y sacaron hasta tractores a los campos, pero en el Este es complicado. Uno de los incendios avanza hacia la reserva de Ñancuñan y el campo no tienen ni una sola picada, así es imposible combatir el fuego porque no se puede entrar".
Ferraris recordó que contar con picadas en los campos es una obligación de los ganaderos como lo estipula la ley de prevención y lucha contra incendios en zonas rurales.
"La picada les da seguridad a los brigadistas para entrar al campo, o es una vía de escape en caso que la situación se descontrole, también sirve para iniciar el contra fuego", afirmó.
Además de las malas condiciones en los campos, el clima es otro de los agravantes. En la siesta de ayer, en el campo La Huenco en Punta del Agua (San Rafael), los brigadistas luchaban contra las llamas bajo un sol radiante, 43 grados, 9% de humedad y vientos de 40km/h.