La crisis de la industria editorial
Según la Cámara Argentina del Libro (CAL) durante 2016 las editoriales disminuyeron entre 15% y 20% las ventas en unidades, mientras que la merma para las librerías fue de entre el 10% y el 20%. La producción, además, cayó en 25%, alentada por el ingreso de libros del extranjero, tras la determinación de la Secretaría de Comercio Interior de dejar sin efecto la restricción que en 2011 se le puso a su importación.
"Te ingresan libros de muy buena calidad en cuanto a objeto libro, papel ilustración, tapa dura y fotografía con costos irrisorios al momento de compararlo con las editoriales autogestivas", contó Carolina Suárez, de Bruma.
Este impacto, sumado al de los tarifazos, tuvo sus coletazos para la industria editorial, de diversos modos. "Es parejo el impacto en todos los ámbitos. Cuando recibís un libro empezás con la edición, que arranca por la corrección. Al recibir menos cantidad de obras, tenés que entrar a ver el pago de los correctores sumado a los costos que aumentan de la materia prima (el papel, la tinta), más el alquiler y todo lo que implica cualquier empresa de este tipo", agregaron desde Bruma, aclarando que aunque ha sido menor, también hubo menos demanda por parte de los escritores para ver editadas sus nuevas producciones. "Ves que empiezan a patearlas para más adelante", expresaron.
En lo que respecta a costos, es difícil en Mendoza determinar cuánto sale editar un libro, para calcular el precio que debe tener en el mercado y cuánto hay que ganar para cubrir, al menos, la inversión. Lo que hoy se ve con recelo, considerando que van quedando menos clientes.
"Esto depende del tiempo que lleve corregirlo, de la cantidad de páginas, del formato que se elige, de los colores y si se quiere tapa dura o tapa blanda, por ejemplo", aclararon los encargados de publicar el material. Hoy los precios de los libros mendocinos oscilan entre los $150 y los $300. A nivel general, el promedio de costo de un libro a fines de 2016 en Argentina, se calculó en $350.