Misiones: Hay 24 hogares convivenciales, en los cuales hay niños, niñas y adolescentes que esperan ser adoptados

“Siempre los aspirantes buscan a los bebes recién nacidos o de meses, pero la realidad es que también hay niños, niñas y adolescentes que aguardan ser adoptados y tienen el mismo derecho a tener una familia”, indicó Benilda Dammer, subsecretaria de la Mujer y la Familia – Ministerio de Desarrollo Social de Misiones. Desde el Estado se trabaja con cada caso en particular realizando tareas de revinculación, donde es posible, en cooperación con la Justicia. De a poco se fue dejando de lado la modalidad de las “familias sustitutas” con un cambio de paradigma que busca fortalecer la familia o origen o su entorno.

La Funcionaria provincial explicó que desde la Dirección de Infancia se trabaja con 24 hogares convivenciales,  y que en 18 de ellos residen niños, niñas y adolescentes. Sobre cómo es el mecanismo por el cual un menor llega a un hogar, indicó que se trabaja con la Defensoría del Niño y la Justicia. “Las primera medidas se toman cuando nosotros recibimos ya sea con un oficio o un caso que fue judicializado. También los llamados telefónicos de vecinos, escuelas o miembros de la policía. Donde se detecta la situación se procede con las tres áreas o líneas. La Dirección de infancia es el organismo de aplicación de la ley y es donde se toman las medidas correspondientes si el niño ingresa a un hogar, permanece algunas horas mientras se busca un familiar o conocido. O sea una persona que esté en condiciones de recibir y cuidar a ese menor para evitar su ingreso a un hogar”, dijo

En cuanto a los casos, Dammer sostuvo que las miles de situaciones complejas que se dan a diario disparan la intervención del Estado pero particularmente cuando hay derechos vulnerados. Este accionar incluye equipos técnicos con profesionales del Trabajo Social y la Psicología, quienes realizan el trabajo en campo.

“Casi siempre en los casos de violencia de género hay niños detrás o que lamentablemente  también están en el círculo de violencia. Casi todos los niños que están en los hogares ingresan por alguna situación de violencia en la familia. Así con los trabajadores sociales, psicólogos y personal de la salud se hace la revisión médica, controles de nutrición y una vez completada esta etapa se procede a trabajar con la red familiar. Se estudia caso por caso cómo está constituida la familia y si hay parientes, tíos, primos o alguna persona en condiciones de hacerse cargo del menor o los menores, y a quienes también se les brinda un acompañamiento”, explicó la funcionaria.

Pero como no todos los casos están directamente vinculados a casos de violencia y abuso, también se atiende lo urgente. Como por ejemplo cuando hace meses atrás una mujer dio a luz en la vía pública, tras sufrir un estado de shock, donde se trabajó brindando asistencia y contención, lo que permitió articular programas y ayudar a la familia con el fin de evitar que los niños sean institucionalizados.

La institucionalización de un niño es la última opción o la alternativa final cuando no es posible restablecer el vínculo familiar por el motivo que sea. Lo que se estipula como máximo de permanencia de un menor en un hogar es de 180 días, pero lamentablemente esto en muchos casos se excede ampliamente. Cuando no hay posibilidad de restablecer los vínculos familiares intervienen la Justicia y por lo general se dicta el estado de adoptabilidad. Esto significa que un aspirante del registro único de adoptantes de Misiones o de otra provincia puede adoptarlo.

“En los hogares convivenciales por lo general, los bebes son los que más rápidamente consiguen una familia que los adopte, pero son los menos. Los otros- niños, niñas y adolescentes- cuando no son revinculados por lo general se quedan a vivir en el lugar. Los aspirantes siempre prefieren a los bebes”, afirmó Dammer.

Entre estos niños y adolescentes que aguardan una familia que los adopte, hay quienes sufren de patologías severas con alta demanda de atención. Discapacidad de algún tipo y hasta esquizofrenia, niños que requieren medicación diaria y demás cuidados, que son atendidos con programas articulados con el Hospital Baliña de Posadas.

Para Dammer hay una realidad social dura y lapidaria por un lado, y por otro pautas culturales que se deben erradicar. Como por ejemplo la idea de que una familia del interior de Misiones “crea que institucionalizar a su hijo” es lo mejor para él, o por otro lado, que sólo se quiera adoptar bebitos sin ver que hay otros niños, hermanitos incluso que están esperando una familia.

El trabajo es arduo, sin descanso, no se apagan los celulares y las historias son desgarradoras. Se actúa a demanda, se asiste, se acompaña y se contiene. En materia de recursos si bien hay una partida del presupuesto de Desarrollo Social y programas – provinciales y nacionales – que financian asistencia a la niñez, siempre falta. En muchos casos la buena voluntad de cientos de anónimos es lo que realmente hace la diferencia.

En los hogares hay niños y adolescentes esperando por una familia que les de cobijo, amor y quizá un futuro distinto. Para quienes ya cumplen la mayoría de edad y no fueron adoptados se trabaja con capacitación, la Oficina de Empleo de los municipios y con todo lo que pueda aportar a su desarrollo personal, laboral, “para darle una herramienta para salir adelante”.

Hay chicos que esperan familia y quienes puedan hacerlo o estén interesados en adoptarlos deben concurrir a la Justicia, al Registro Único de Aspirantes a la Adopción en Misiones – Rivadavia 2035 de Posadas (https://ruaam.jusmisiones.gov.ar/) cuya titular es la doctora María Elena Quelas, donde se les brindará asesoramiento. No está permitido ir a los hogares, a ver cuáles son los niños o adolescentes en estado de adoptabilidad, sino a través de la Justicia, donde el juez determinará con toda la información requerida la aptitud de los aspirantes y la mejor opción para los niños.(MOL)

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