
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, mantendrá el control sobre Cataluña después de que el nuevo presidente, Quim Torra, decidiera nombrar un Ejecutivo con dirigentes que están en prisión o prófugos por llevar adelante el proceso separatista, declarado ilegal por la Justicia.
Rajoy decidió no publicar los nombramientos de Torra en el Diario Oficial de la Generalitat (Boletín oficial), una atribución que está en manos del Ejecutivo central de España al continuar todavía en vigor el artículo 155 de la Constitución, que avaló la intervención de la región para evitar la secesión.
El artículo 155 debía levantarse de forma automática con la conformación del nuevo gobierno catalán, pero al no hacerse efectivos los nombramientos, la intervención continuará.
Esta es la vía que el Gobierno español adoptó en respuesta a la "provocación" de Torra, quien incluyó en su gabinete a dos dirigentes que permanecen con prisión preventiva y otros dos que huyeron de España para evitar ser detenidos por su participación en el fallido el intento de secesión de 2017.
Rajoy comunicó su decisión el sábado al líder de la oposición, el socialista Pedro Sánchez, y al líder de Ciudadanos, el liberal Albert Rivera, quienes están de acuerdo con su estrategia, según fuentes de La Moncloa citadas por la prensa española.
El jefe del Gobierno español consideró que con la estrategia de Torra "demuestra que su voluntad de diálogo no es sincera", según un comunicado difundido por La Moncloa.
Los miembros del nuevo gobierno catalán que están en prisión son Jordi Turull y Josep Rull.
Además, entre los 13 consejeros se encuentran Toni Comín y Lluís Puig, quienes también están imputados por el plan separatista y se encuentran en Bélgica desde octubre, cuando acompañaron al ex presidente Carles Puigdemont en su huida de España ante la querella penal presentada en contra de todos ellos por rebelión.
Puigdemont y sus seguidores fueron procesados por la Justicia española después de que el Parlamento catalán declarara la independencia de Cataluña de forma unilateral, lo que llevó a Rajoy a intervenir la región y cesar a sus autoridades.
El gobierno español advirtió a Torra que actuaría ante cualquier ilegalidad, tras su elección al frente del gobierno catalán, después de que prometiera ser fiel al mandato del referéndum del 1 de octubre, favorable a la secesión, y asegurara que iba a "restituir" al Ejecutivo de Puigdemont que había sido cesado.
Torra, considerado un independentista "radical", fue investido presidente el pasado lunes a pocos días de que venciera el plazo para formar gobierno, con lo que comenzó una nueva etapa de incertidumbre en Cataluña y España ante las aspiraciones de secesión de la mayoría parlamentaria que ganó las elecciones catalanas del 21 de diciembre último, convocadas por el Ejecutivo español.